Nada está donde crees que está.
Que en el mapa el norte esté arriba y el sur abajo es una convención arbitraria que, tal como los perros se llamen “perros” en español,”dog” en ingles, o “нохой” en mongol: Depende de la cultura. Desde Tolomeo, que prevalece aquella particular mirada del mundo que ubica el norte arriba. De tal modo, el continente europeo y el norteamericano, poseen protagonismo en el mapa y se sitúan “por encima” de continentes como Africa, la India o Suramérica. ¿Simple casualidad o Hegemonía cultural? A continuación, más problemas con los que se han encontrado los cartógrafos a lo largo de la historia.
Norte y arriba no son sinónimos. En su libro Historia del mundo en 12 mapas, Jeremy Brotton señaló en no existe ninguna razón puramente geográfica por la que una dirección sea mejor que otra, o por qué los mapas occidentales modernos hayan naturalizado la asunción de que el norte debería estar arriba. Un buen ejemplo son los mapas medievales judeocristianos, que hasta finales del siglo XV representaban la Tierra orientada hacia el este, con Asia arriba, Europa abajo a la izquierda y África abajo a la derecha. El este se prefería en muchas culturas por ser la dirección por la que salía el sol, siendo el sur la segunda dirección en preferencia. El oeste se asociaba con la decadencia y la muerte, y el norte, “con la oscuridad y la maldad”.
Mapamundi del Beato de San Severo. WikipediaEl centro tiene un valor simbólico. Brotton explica que la mayoría de los mapas ponen la cultura que los produjo en el centro. Esto tiene un sentido político y practico (similar a cuando abrimos Google Maps y lo primero que queremos saber es dónde estamos para saber qué camino hemos de seguir). El mapamundi de la catedral de Hereford, que se dibujó alrededor del año 1300 en Inglaterra, coloca a Jerusalén en su punto medio. El mapa del logo de las Naciones Unidas, sitúa el centro en el polo Norte, para que no se enfade nadie. Durante la Segunda Guerra Mundial, Richard Edes Harrison también situó el polo norte en el centro para mostrar el lugar que ocuparían Estados Unidos y la Unión Soviética en el conflicto.
WikipediaEste es uno de los problemas más complejos para los cartógrafos, ya que es imposible proyectar una esfera en una superficie de dos dimensiones sin que haya algún tipo de distorsión en la forma o en los ángulos. La mayoría de los mapas actuales se basan en la proyección que hico Mercator en 1569, quien trató el globo como un cilindro y mantuvo los ángulos en su superficie. Esto produce que los meridianos no converjan como deberían y produce distorsiones como que la Antártida parezca tan grande, o Groenlandia tan extensa como Sudamérica, a pesar de tener sólo una octava parte de su superficie. Europa parece el doble de amplia que Sudamérica, cuando realmente es la mitad. Pero las distorsiones del mapa Mercator tiene la ventaja de permitir mantener los rumbos marinos en líneas rectas, que era uno de sus objetivos. Google Maps, y OpenStreetMap usan una variante del Mercator para sus planos a gran escala.
StrebeEn 1973, Arno Peters, intentó superar los errores proporcionales del Mercator y poner en evidencia que nuestra forma de ver el mundo tiene consecuencias políticas. En su mapa, los continentes del norte aparecen radicalmente reducidos en tamaño, mientras que África y Sudamérica se muestran como lágrimas enormes resbalando hacia la Antártida. Sin embargo, su proyección también tiene distorsiones y errores de cálculo: por ejemplo, Nigeria y el Chad aparecen el doble de grandes.
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Gracias amigo Meza.