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Glaciarium Museo del Hielo Patagónico

  • Si estábamos cansados de visitar museos y encontrarnos siempre con lo mismo o con recorridos o exposiciones con poco dinamismo y atractivo visual, encontramos el lugar perfecto para nosotros en el Glaciarium Museo del Hielo Patagonico de El Calafate, un concepto que nos dejará asombrados y cambiará nuestra idea de los museos para siempre.

    El Calafate es la ciudad más conocida de la provincia de Santa Cruz, en el sur argentino, y por ende es uno de los destinos turísticos más elegidos, no solo por las personas del país sino también, y especialmente, por el turismo internacional que encuentra en la Patagonia argentina un descanso más que placentero, no sólo por los paisajes naturales de gran belleza sino también por los servicios hoteleros de gran calidad.

     

     

    Lo exclusivo, lo original y todo lo relacionado al buen gusto parecen estar íntimamente asociados con esta parte del mapa argentino. Y hasta los museos caen en esa descripción pues no solamente este es un ejemplo sino que la mayoría de los museos de El Calafate tienen una agradable forma de presentarnos los objetos, las colecciones, la historia misma que nos cuentan y todo ese bagaje de conocimiento, como por ejemplo el Centro de Interpretación Histórica.

     Pero nuestra tarea ahora no es hablar de todos los museos de El Calafate sino de uno en particular: el Glaciarium Museo del Hielo Patagonico, un sitio que no solo muestra sino que es un verdadero centro cultural y científico. El lugar está ubicado a tan solo 6 kilómetros de El Calafate y para llegar a él hay salidas desde el Playón de la Secretaría de Turismo de la provincia desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde. El horario del museo es desde las 9 hasta las 8 de la noche. Mientras que los menores de 6 años no abonan una entrada los mayores deben pagar un ticket que ronda los 80 pesos al superar los 12 años, mientras que los menores a esa edad tienen un abono menor.

    Lo que primero nos impacta al llegar es la entrada rodeada de lámparas que nos guían como si estuviéramos entrando a un lugar nocturno de baile, y al entrar, la sensación no cambia mucho pues el ambiente está muy lejos de parecerse al de un museo tradicional.

    La última tecnología está puesta al servicio del conocimiento en este lugar y podemos, a través de muchas plataformas multimedia, conocer sobre cuevas, sumideros y témpanos, sobre todos los glaciares de la región, así como las diferentes formas y procesos de la nieve al hielo. También es posible saber cómo es la anatomía de un glaciar y ver si formación a través de dioramas que combinan fotografías y escenografías para mostrarnos de una forma más didáctica el proceso. 

    “Cuenta Regresiva” es una muestra que nos intenta hacer reflexionar sobre el cambio climático y las modificaciones en el planeta y las posibles consecuencias de toda esa problemática.

    El museo cuenta, también, con una sala de cine en la que se pueden ver proyecciones en 3D así como de un espacio cultural, en lo que es una propuesta completa y entretenida para quienes se preguntaban sobre esta manifestación natural como es la nieve, el hielo y los glaciares. 

    Luego de conocer todo acerca del hielo y los glaciares podemos pasar por le ecoshop en la que nos encontraremos con productos artesanales realizados con materiales reciclados y con diseños sumamente originales que no encontrará en otras partes. Después de comprar alguno de esos productos como recuerdo de la visita o como regalo par alguien especial, pueden disfrutar de una agradable merienda en el café Glaciarium en el que, además de los sabores, podrán gozar de una espléndida vista al Lago Argentino. 

    Este museo es una forma de acercar los conocimientos de la comunidad científica sobre nuestro suelo a las personas, pero no solo a los interesados en la temática, sino a todos aquellos curiosos que querían realizar una actividad y visitaron el museo. La forma en que se presentan los conocimientos es divertida, original y muy atractiva visualmente, lo que nos estimula a seguir conociendo y a visitar cada una de las salas. Es, sin dudas, un claro ejemplo de la adaptación de los museos al público contemporáneo, sin dejar de lado la seriedad ni la vocación científica. Por ello es que les recomiendo perder la oportunidad si se encuentran en la hermosa ciudad de El Calafate y ser parte de una experiencia de conocimiento que lo hará ver de forma distinta el paisaje al salir de ahí.

     

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